Para seguir explicándote el Programa, necesito contarte algo más:
Desde los 5 años hasta la edad adulta, viví al lado del Camino de Santiago muy cerca de un albergue que, por su ubicación, suponía la última noche antes de llegar a Compostela. Para los peregrinos era una noche de reflexión, de recordar lo vivido, de hacer balance, de promesas de cambio y de amistad para toda la vida. Era habitual pararse a hablar con los peregrinos y que te contaran su historia, sus motivos para emprender aquel viaje y la transformación que habían experimentado. Cada persona tenía su experiencia, y todas me resultaban apasionantes. En aquel momento no era consciente de la suerte que tenía ni de la importancia del momento vital en el que yo conocía a todas aquellas personas. Definitivamente, hay mucho de ese aprendizaje en el Programa E.S.T.R.E.L.L.A.